(azul) infinito & (rojo) inmoral

Galería Espacio Lobo

Exposición

No es cuestión de azar

Fechas de inicio y cierre: 18.02.2022-16.04.2022

Artistas: Estela Martín, Yanelis Mora, Marcela Lobo y María Dolores Gallego 

El azar, por definición, es la concreción poética de la casualidad, del evento fortuito que origina la manifestación de un hecho inesperado. No obstante, resulta casi improbable que un gesto, una postura, una decisión en el arte no se encuentren sometidos a un propósito o necesidad y, por el contrario, procedan únicamente del azar. Y es que la creación se estimula con la mirada, y es precisamente la mirada constante, la búsqueda convertida en investigación formal y certera, lo que genera los lenguajes y discursos en el arte. 

No es cuestión de azar reúne, por primera vez en Espacio Lobo, la obra de cuatro artistas que provenientes de diferentes contextos, han construido universos visuales particulares generando un escenario de confluencias, a la hora de entender y abordar el proceso creativo como parte de su experiencia vital. Estela Martín (Argentina, 1954), Yanelis Mora (Cuba, 1986), Marcela Lobo (México, 1959) y María Dolores Gallego (España, 1988) traducen la exploración de lo matérico, lo textil, lo artesanal y lo pictórico en poesía visual; en un idioma propio que encuentra sus puntos de contacto en el cuestionamiento de los límites de la figuración y las nociones de la pintura expandida. 

En las obras que integran esta exposición, la vocación por la síntesis, por un lenguaje depurado, conduce a estas artistas, de manera singular, hacia la generación de un idioma configurado a partir de la descomposición, que en ocasiones se convierte en reduccionismo formal, en abstracto. En ese aspecto introspectivo del proceso creativo, detectamos en estas cuatro creadoras un interés por la esencia, traducido visualmente en una práctica que parte de composiciones donde líneas, planos de color y fragmentos se apropian y configuran cada una de las piezas. Donde cada obra constituye un subtexto en el que el referente real, el remanente al objeto, al fenómeno o al ser, son aludidos en las asociaciones que sugieren. 

La producción artística de Estela Martín guarda una relación intrínseca con su historia de vida. Su visión como creadora ha estado permeada por esos viajes que le han llevado por disímiles escenarios de los cuales ha absorbido toda una tradición cultural que termina por sintetizar en sus piezas. De ahí que la autora describa su obra como “paisajes del alma” en los cuales nos lleva a leer entre líneas esa mirada introspectiva. Y es que ello, justamente, trasciende en su creación ese estado vital y puro que logra componer en sus cuadros, donde cada fragmento se va hilvanando en un universo visual propio desde la delicadeza, la fragilidad y lo sublime. 

Tales presupuestos pueden descubrirse en la serie de trabajos que componen “Geometrías luminosas”. Se trata de un grupo de piezas donde Estela Martín recupera el “Kiri e” (切り絵), técnica ancestral japonesa, para dar vida a una producción simbólica que, cual cartografías, van construyendo un complejo entramado visual de formas, texturas, capas, juegos de luces y de colores de manera armónica, como si de un paisaje íntimo se tratase. Papeles recortados de manera minuciosa, hilos, pigmentos, se van superponiendo unos a otros a partir de un trabajo manual, minimalista, experimental por demás, reconstruyendo esos senderos de la memoria de la artista al estilo de un caleidoscopio. Como una poesía visual, las líneas y los colores van marcando una rítmica de raigambre musical, de variaciones, repeticiones, claroscuros y componiendo esos paisajes mentales de Estela que evocan su pasión por la creación, por las formas sintéticas, por la esencia, lo artesanal, lo textil y lo pictórico. 

Yanelis Mora, por su parte, evoca esos “paisajes del alma” a partir de referentes reales. Empleando como lenguaje expresivo la técnica del foundation paper piecing, la artista ordena cual oficio ancestral llevado a la contemporaneidad con la sutileza y perfeccionismo de quien confecciona un reservorio de memorias propias y colectivas, el trazado cartográfico, a vista de pájaro, e incluso frontal, de diferentes paisajes. Y es que el mapa, como registro, no solo constituye para Yanelis ese hipertexto cual gramática universal a la hora de trazar camino. Es también la oportunidad de accionar con el material para dejar su huella en un proceso -el relacionado con lo textil- que habla de la mujer desde la antigüedad, en su relación con lo doméstico, lo manual y con lo artístico.

Sus más recientes trabajos parten de esa búsqueda de espacios, que la artista asume constantemente. Inspirada en los paisajes de Castilla y León, “Siena” se convierte en una de las series más autobiográficas de esta creadora. En la total alusión que realiza, tanto al nombre de su hija como a la paleta de colores que emplea, Yanelis Mora descompone cada fragmento para hilvanar la memoria no solo de estos espacios, sino también la suya propia. Con un lenguaje cercano al diseño, desarrolla un vocabulario abstracto, donde de manera geométrica genera composiciones cromáticas contenidas en la tela como soporte, plano de color y/o materia pictórica que va conformando su obra. 

Y es precisamente la exploración pictórica utilizando el textil como material artístico, lo que se ha convertido en una de las principales metodologías de trabajo de María Dolores Gallego. Su investigación artística se sustenta en la búsqueda intrínseca del trabajo con los materiales, en su capacidad expansiva, reflexiva, introspectiva y emocional, en lo cual indaga tanto formal como conceptualmente. De tal modo podemos experimentarlo en la serie de piezas incluidas en la exposición pertenecientes al proyecto “Incerteza Viva”, las cuales plantean un recorrido por esas preocupaciones estéticas así como su mirada hacia el contexto y sobre sí misma.

A partir de la superposición y el contraste cromático que genera María Dolores con la utilización de un material como el tul, somos invitados a ser partícipes de un escenario cambiante, a formar parte del juego óptico que producen los planos de color en las piezas una vez nos desplazamos por el espacio, ese que también queda contenido en ellas. Nos mueve por ese terreno donde la sensorialidad termina por activar nuestras emociones, deshace la estructura del marco y nos lleva a (de)construir una obra de la cual terminamos formando parte. Nos descubre cuán inestable es nuestra mirada cuando intentamos develar qué se esconde detrás de las transparencias y los pliegues que van dibujando la tela. Es el color quien lo absorbe todo, es el auténtico protagonista: aparece y desaparece. 

Por su parte, Marcela Lobo vive la pintura como necesidad expresiva: cada trazo, cada golpe de color. En sus obras va dejando rastros de sí misma, apelando a una cultura visual, la mexicana, que le es inherente y de la cual ha sabido nutrirse a lo largo de sus años de trabajo. Sus pinturas se convierten en un estallido cromático y resulta tal la intensidad de sus colores que se traducen en fuerza, en puro estado de ánimo. Por instantes sus motivos se desdibujan, se diluyen en vibrantes planos de color. Sin embargo, Marcela, quien proviene de una marcada tradición figurativa, no renuncia a sus referentes del todo. Transita en ese camino de ida y vuelta, como si de un diario personal se tratara, hacia sus narraciones, los objetos que la acompañan en su vida. Marcela Lobo cree en la capacidad del arte para suspender el tiempo, activar la memoria y acceder a nuestros mundos más internos. Es por ello que a través de su obra reflexiona, de forma visual y narrativa, sobre ideales y realidades, construidas de la imaginación o extraídas de las experiencias más vitales. 

No es cuestión de azar indaga, de esta manera, en la obra de cuatro artistas que han desarrollado a día de hoy un trabajo distintivo, extrapolando a sus piezas su propio mundo de una manera muy particular. Confluyen en esta exposición la heterogeneidad de sus procesos creativos, la invitación constante a la reflexión sobre los escenarios cambiantes en el arte y la labor de estas mujeres que encuentran su lugar dentro del panorama artístico español actual. 

Comisariado y texto: Ana Gabriela Ballate & Yadira de Armas